Hacia una Iglesia Universal
Si eres lo que deberías ser, harás que el mundo arda en llamas.
–Sta. Catalina de Siena
El Espíritu Santo nos concede dones para fortalecernos en las tareas que estamos llamados a realizar. Suceden cosas increíbles cuando trabajamos juntos y estamos abiertos a nuevas posibilidades. Entonces podemos invitar a gente de todas las edades a construir la espiritualidad de comunión que resuene en nuestras parroquias, entre comunidades, a través de la arquidiócesis y en toda la Iglesia Católica.
Considera que somos herederos de una profunda tradición que puede rastrearse por dos mil años. Desde los santos más recientes, los papas y fieles, retrocediendo al Renacimiento, a los primeros tiempos de los apóstoles cenando con Jesús, aspiramos a vivir en amor, tal como Él nos ama. Tu parroquia muy probablmente está dedicada a un santo. ¿Cómo es que tu consejo pastoral parroquial hace honor a su carisma y cualidades excepcionales en su vida diaria?
¿Estás listo para atender el llamado de Dios y liderar el proceso que llevará la vida espiritual de tu parroquia más cerca de Él? Los procesos y la determinación comunitarios te llevarán allí. Necesitas un plan, y nosotros queremos que tengas éxito. Empieza hoy.
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Checa la perspectiva del Obispo David Ricken, sobre las maneras en que los fieles pueden disfrutar de una relación más profunda con Cristo y su Iglesia:
- Aprende sobre la vida de los santos – son ejemplos permanentes sobre como vivir la vida cristiana y servir a su comunidad, y son fuente de esperanza para todos los pecadores;
- Lee la Biblia diariamente – La Escritura ofrece acceso de primera mano a la palabra de Dios y te cuenta la historia de la salvación humana;
- Lee los documentos del Vaticano II – el Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) provocó una gran renovación en la Iglesia, impactando el modo en como celebramos la Misa, el papel de los laicos, y como la Iglesia se entiende a sí misma en su relación con otros cristianos y no-cristianos;
- Incorpora las Bienaventuranzas a tu vida diaria – un valioso modelo para vivir cristianamente, necesario para atraer gente a la Iglesia.